Escrito el 30 de enero del año 2017:
Anoche vi de un tirón, tal y como acontece con las buenas obras, “Hell or High Water”, esa cinta que carga encima varias nominaciones a los Oscars, y que ha sido filmada por un tal David Mackenzie, escocés que habla de Texas y de la América profunda, como solo los grandes poetas pueden hacerlo. Y sí. Es que “Hell or High Water” es poesía. Basta ver los puebluchos desolados, duros, míseros, las carreteras que serpentean entre la rígida llanura donde el verde y el ocre se funden hacia el ocaso, los hombres nacidos y crecidos en la rigidez de la vida inmisericorde y, sin embargo, eterna e inolvidable y soberbia.
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