La diferencia primordial, básica, entre eruditos y pensadores se sostiene en ese carácter mnemotécnico que es propio de los primeros y en la manera independiente de razonar, de analizar, (esa mayéutica socrática) de los segundos. Los eruditos estudian la obra ajena y la memorizan. Son las cotorras del intelecto. En cambio, los pensadores se lanzan al vacío de lo desconocido para generar sus propias ideas. Es la eterna confrontación entre repetidores y recreadores. Algunos escogidos, muy de vez en cuando, lanzan puentes entre las dos orillas. Estudian, memorizan y crean. Esos son los verdaderos genios.
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Rafael Piñeiro-López
Rafael Piñeiro-López, escritor, ensayista y Doctor en Medicina (1994). Ha sido articulista en diarios como Periodista Digital (España) y La Razón (Argentina). Ha publicado los poemarios "Los Hombres Sabios" (NeoClub 2015) y "La Bala De Sansón" (Signum Nous, 2016), y el libro de reseñas "Fuera De Este Mundo: Comentarios sobre cine, Televisión, Sociedad y Cultura" (Ego de Kaska 2022) se encuentra actualmente en proceso de edición. También ha sido parte de numerosas antologías como "50 Escritores Cubanos: Panorámica De La Nueva Literatura Exiliada" (NeoClub 2015), "Antología De Cuentos" (Exodus 2021) y "El Libro Rojo Del Marxismo Cultural" (Exodus 2021). Fue fundador y editor general de la revista sobre Arte, Cultura y Pensamiento "Signum Nous". Reside en la ciudad de Miami. Ver todas las entradas de Rafael Piñeiro-López
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