A mediados del siglo XIX la creación de una línea ferroviaria que unía a las localidades suizas de Basilea, Olten y Ginebra le había restado importancia a la conexión entre una de las ciudades más populosas de la nación (la propia Ginebra) y la comunidad de Basel, que flanquea al rio Rin. Entre las múltiples iniciativas privadas para reanimar la economía local, se fundó en 1853 la Société d’Horlogerie á Waldenbourg, una pequeña empresa que fabricaba relojes. Seis años después, Gédéon Thommen y Louis Tschopp compraron el negocio y en 1905, casi medio siglo después, lo registraron como Revue Thommen AG.
Fue en 1916 que la casa relojera fabricaría el primer cronógrafo para la fuerza aérea suiza, lo que terminaría relacionando a la empresa no sólo con la construcción de piezas de relojería, sino también con el invento y comercialización de instrumentos de aviación. A partir de allí Revue Thommen se especializó en la fabricación de altímetros, anemómetros, indicadores de velocidad vertical, relojes, y en sistemas de control de trenes de aterrizaje. A comienzos de este nuevo siglo la empresa (también suiza) Grovana ltd se hizo cargo de la supervisión de la fabricación de relojes de pulsera RT. Por un lado, Revue Thommen produce armbanduhrens y por otro Revue se dedica a aparatos de aviación. Es la división estratégica que ha adoptado la empresa. Menos de una decena de personas elaboran los relojes de la marca bajo las más estrictas normas de la sociedad horológica suiza. Revue Thommen continúa manteniendo el espíritu de micro empresa conque fue creada hace ya más de siglo y medio.
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