«Lord of the Flies» será llevada nuevamente al cine, pero esta vez la historia estará protagonizada por niñas, a pesar de que en la novela de William Golding (aún conservo la edición que leí en Cuba siendo un muchacho) todos los personajes son varones. Y es que el dingo cazador del feminismo se ha colgado en el pescuezo de los productores, y ahora hasta se ensaña con el hecho de que quienes escriben la adaptación son… ¡hombres! La falsa corrección está barriendo con cualquier mínimo resquicio de sentido común que pueda quedar desperdigado por ahí. Hemos pasado de ser libres (durante un escasísimo período de tiempo, he de decirles) a convertirnos en esclavos de organizaciones raciales, de género o cualquier otra que, en nombre de la bondad y la igualdad (esa mentira terrible diseminada desde la revolución francesa) se encargan de jodernos la existencia.
528. Tabula Lucana

Leonardo da Vinci pidió que su cuerpo inerte fuera llevado en andas hacia la tumba por pordioseros, a pesar de su retiro glorioso en el primaveral Clos Lucé, en la periferia del Château d’Amboise. La presencia de la dicotomía irracional entre el existencialismo primigenio y el mito cristiano de la pobreza como bien irredimible hacía mella en los grandes hombres del renacimiento, incluyendo al gran Leonardo, al sabio Leonardo, al filósofo y anatomista Leonardo. Algún día se señalará a la doctrina católica como génesis principal de los grandes males totalitarios que asolaron al siglo XX. Su banalización del éxito personal y su recreación histérica de la pobreza como bien superior han sido elementos imprescindibles en el encausamiento ideológico de la envidia como vía de instauración de un nuevo sistema social. El cristianismo terminó por validar a la miseria como un bien superior. Esperemos que alguien escriba sobre eso.
527.
El revisionismo histórico ha alcanzado también a National Geographic. En un corto documental dedicado a Saladino, pintan al líder musulmán como un caballero generoso y noble, y a los cruzados templarios como asesinos desalmados. Ya sabemos, por supuesto, que ni unos ni otros fueron tan buenos ni tan malos. Es ya inquietante la manera oprobiosa en que el mundo occidental se abre de patas ante las doctrinas de Mahoma. Algún día todos lo lamentaremos.
526. Feminismo tortilleril
Feminismo tortilleril. Una cruzada en contra de la belleza femenina, de las costumbres y de la decencia, incluso. Feminismo tortilleril. Es un término que me he inventado y que me parece exacto para describir la cruzada machonguera que nos acosa a cada paso. Lo digo a propósito de un documental de la DW, cada vez más sosa, más “correcta”, más intolerante. Es un reflejo de la nueva Europa, de la izquierda norteamericana, de las reaccionarias clases odiadoras de Latinoamérica y de Asia. Bienvenido a este despreciable mundo que nos intentan vender los medios, los partidos, las escuelas. Feminismo tortilleril, a ese extremo hemos llegado.
525.

El futuro pertenece a los totalitarismos. A los totalitarismos tecnológicos. Un Gran Hermano virtual vigilará a todos en la venidera civilización occidental. Eso, si es que el primitivismo religioso del medio oriente no hace antes su tarea y se apropia del mundo que conocemos. En China ya se ejecutan los avances de tal sociedad orwelliana; se controla a las personas por medio del reconocimiento facial y se les adjudican o se les restringen puntos en dependencia de cómo estas personas acatan las normas morales establecidas por el régimen comunista. El premio o el castigo se regodea en las libertades inherentes al individuo: si eres un buen tipo, según los cánones del gobernante de turno, podrás viajar y tendrás acceso a determinados beneficios. En cambio, si eres un rebelde que no sigue los requerimientos destinados a la masa, serás una especie de prisionero.
Es inquietante, pero abrumadoramente real. La inteligencia artificial, puesta al servicio de gobiernos y tiranías, controlará cada paso y cada acción de nosotros, los hombres comunes y corrientes. La natural tendencia humana a ser regidos por los más fuertes y hábiles, nos llevará irremediablemente al totalitarismo tecnológico. Una dictadura global es, quizás, el futuro que nos merecemos.
524
Sentado en una especie de hall, hacia mi lado izquierdo veía unas pequeñas muñecas de juguete en posición mortuoria. No había sangre ni vómitos ni feces, pero podía jurar que antes había visualizado el horror en toda su magnitud. Un televisor enganchado a la pared relataba los crímenes de un niño o una niña, el autor (a) de la simulación de la muerte de las muñecas. A mi lado derecho podía ver las manos, solo las manos, y las uñas elegantemente arregladas de la madre de la niña. Otra persona la precedía, sentada en una especie de mesa escolar. Eran figuras como sombras, apariciones cuasi fantasmales. Destellos de alguna luz opaca e intermitente acechaban mi torso. A esas alturas sabía ya que estaba solo en el lugar. Absolutamente solo. Y de repente escuché pasos como de alguien que corría o saltaba. Yo no podía moverme por alguna desconocida razón. Reuní fuerzas y grité: ¿Quién anda ahí? Mi voz salió apenas como un hilillo desechable. Alguién corrió hacia mí, pegó su aliento a mis oídos y rugió y pidió con vocecilla infantil al mismo tiempo: «Un lullaby». Y desperté gritando.
523. Jesús, el fin que se aproxima y la luna en Facebook
En un sitio online que visito con cierta frecuencia, dedicado a la moda masculina, se aferran a los viejos tuxedos y a las corbatas de madder silk. Sus creadores aún viven en los maravillosos años treinta, cuarenta y cincuenta del siglo pasado. Digo “maravillosos” por esa cosa prístina que aún perduraba en aquellos tiempos. Pues bien, a pesar del “conservadurismo” del sitio sobre modas, la metástasis horrenda de la corrección política ha clavado sus pezuñas allí. Han sustituido el término BC (before Christ) por el de BCE (Before Current Era).
Yo no soy católico ni creyente. Las escrituras me parecen excelentes ejercicios literarios, muy alejados de la probable verdad histórica. Pienso que la iglesia ha cimentado su poder sobre la falsa fe inculcada a su rebaño. Pero, no soy imbécil. Destruir la base cristiana de la civilización occidental moderna es la vía más expedita para cambiar el estatus quo del mundo en que vivimos. Y es que hay muchos interesados no sólo en borrar o en reescribir la historia, sino en dar un golpe de timón que traiga consigo el advenimiento de una nueva cronología, esa que se acomodaría perfectamente al término ACE: After Current Era.
La heterotopía de las redes sociales, falsa como el cartón más barato de todos, repleta del salvajismo y de la vanidad del mundo real, pero sin la gracia del puñetazo físico, ha terminado por encojonarme. He preferido, por ello, dar un paso al costado. Es desgastante la participación directa (la palabreja de marras suena a consigna gris del PCC) y el intercambio sin filtros con el ganado borreguil que pulula en la heterotopía foucaltiana. El falso buenismo, que esconde el veneno del fin, se ha ido apoderando de todo y sólo algunos mavericks, escasos pero duros, plantan cara. Yo no soy un maverick virtual ni pretendo abofetear con pixeles y emojis al rival de marras. Por eso me he largado, de cierta forma.
Y es por eso que ahora me concentro es disfrutar esa luna con forma de tajada de manzana color rojo-naranja que anoche se aparecía entre los edificios del downtown a mi paso por la 836, desde South Beach hasta West Kendall. La luna de Miami es, en realidad, increíble. Grande y maciza, como si se pudiera tocar con tan solo estirar la mano. Se atraviesa en las carreteras con forma de montaña. He visto muchísimas lunas de Miami, pero ninguna (hasta anoche) en forma de tajada de manzana.
522.
Ayer descubrí un término que me horrorizó: “zombies de youtube”. Hoy amanecí lidiando con el memento mori de los antiguos. Hay que sonreír más. Hay que estar conscientes de que sonreímos. Lo tengo todo. Aprovechemos esta cortísima estancia.