
Netflix comienza a convertirse en un sitio peligroso, donde las ideas extremas encuentran su caldo de cultivo. Es como cuando una terrible bacteria crece en el medio idóneo, causando putrefacción, padecimientos y dolencias. Tales ideas doctrinarias provienen desde un sector ideológico que se ha ido adueñando de cátedras, medios periodísticos y streaming televisivos. La violencia en nombre del falso progresismo, la intolerancia como abanderada de una presumible tolerancia, se han convertido en el discurso oficial del neo comunitarismo occidental, ese que ha ido floreciendo paulatinamente y sin apuros tras el derrumbe del muro de Berlín.
Anoche vi una mediocre e inquietante pieza (In the Shadow of the Moon) que lanza loas a la fantasía zurda de eliminar cualquier vestigio de resistencia intelectual. Una mujer afroamericana, ataviada como cualquier militante terrorista de Antifa, regresa del futuro para ajusticiar de manera horrenda a una serie de blancos reaccionarios que serán los causantes de una guerra civil casi a mediados del presente siglo. Los asesinatos están justificados, pues responden a la justicia del bien. Las víctimas, que fenecen tras desangrarse por los ojos, las narices y la boca (como cualquier cuadro de diseminación intravascular diseminada) son el vestigio de un error que debe ser subsanado a cualquier costo. El antitrumpismo, en su denodado e insensato afán de acallar a sus rivales, apuesta por la propagandización de la muerte y la violencia. ¡Cuánto no darían estos representantes de la bondad y del amor por ver desangrarse al monstruoso presidente Trump en vivo y en directo! El sueño húmedo de la izquierda irracional comienza a encontrar eco en el Netflix de la familia Obama. Esperemos que tal cosa no pase de ser sólo una paja mental.
Publicado por