818

Algo que me parece muy importante precisar:

Mientras no se incluyan en las estadísticas de pacientes con Covid fallecidos por DIC (Diseminated Intravascular Coagulation) cuántos de ellos sufrieron neumonías mixtas u otro tipo de complicaciones respiratorias debido a bacterias (sobre todo GRAM negativas) o cuántos otros fallecieron entubados debido a sobreinfecciones micóticas, ningún estudio al respecto atesorará validez alguna, por la sencilla razón de que son esos otros gérmenes, y no los virus, los principales causantes de la condición trombótica en casos de sepsis.

Es cierto que el virus SARS, hermano gemelo de este Covid, pero menos mórbido y más letal, logró que se documentaran también un par de casos con DIC, pero tampoco en aquel momento se hizo la precisión.

Por cierto, les pido de favor que dejen de estar publicando que es una buena noticia el hecho de que se ha descubierto que la razón por la que mueren los pacientes contagiados por Covid es siempre por un mecanismo de hipercoagulación (DIC) y no por complicaciones respiratorias, fundamentalmente por dos razones. La primera, que es una falacia, que no es cierto; y la segunda que el DIC es una condición altamente letal, a diferencia del virus.

A los amigos que no saben de medicina pero que se hacen eco de este tipo de cosas, les digo simplemente: investiguen. A los colegas y demás profesionales del área, que sean serios. La difusión del pánico acarrea graves consecuencias.

817. Twilight

Robert Benton es un tipo que cuenta historias que pueden ser reales. A finales de siglo ya había visto pasar sus mejores días como realizador, pero aún así seguía construyendo sólidas piezas con ese peso estético tan de los setenta que nunca pudo sacudirse de encima. “Twilight”, creo, es su única aproximación seria al género noir.

Rodada a finales de siglo, con un reparto espectacular, entretiene más que el 99 porciento de las cintas actuales. Los personajes son los típicos de este tipo de piezas, adornado por el talento histriónico de sus actores.

Paul Newman es el detective privado viejo y derrotado; Susan Sarandon la mujer fatal; Gene Hackman, el marido viejo y escasamente funcional; Reese Whiterspoon, la hija rebelde; Giancarlo Exposito es el alivio cómico; Stockard Channig la policía aliada; James Garner, el viejo amigo amoral; Liev Schreiber y Mago Martindale, los pillos ineficaces… Benton brinda aquí una clase certera de cómo debe construirse un policiaco noir, con la simplicidad de los buenos artesanos. La puedes disfrutar en Prime.

Puntuación 7/10

816

Quien diga que la semiótica y la filología no son importantes, probablemente ande errado. Lo vemos ahora mismo con toda esta cosa del affaire Coronavirus. Algún historiador español decía, sobre el lenguaje bélico que se ha utilizado por muchos para referirse a estos tiempos virales, que «se está buscando una cierta épica, porque a la población la tienes que movilizar». Pero todos sabemos, claro, que medios y redes sociales y gobiernos se han inventado una guerra de fantasmas. A eso me refería cuando les hablaba hace unos días de la hipocresía y el oportunismo que ha primado entre médicos y “civiles” a la hora de repartir títulos y condecoraciones como resultado de la pandemia. Creo que es el mismo historiador quien reafirma que “a veces la frontera entre lo sublime y lo ridículo es muy tenue»… y tiene toda la razón del mundo.

815

Señores, la crisis económica, resaca de la histeria covídica, se ha establecido debido a la ausencia transitoria de los mecanismos que conforman al sistema capitalista. Sólo la vuelta de ese andamiaje productivo capitalista podrá salvarnos, digo yo.

814

Mientras la histeria por la pandemia parece comenzar a disiparse lentamente, otra oscura epidemia patalea por no salir de las sombras. La corrupción y la pútrida fetidez política son males perpetuos, que están entre nosotros para siempre. ¡Fó, que peste!

812.

La profesión médica, la enfermería y demás relacionadas con la salud se ejercen por vocación y por amor, no para que se ensalce a quien cumple con su labor, no para que quienes cumplimos con nuestra labor nos ensalcemos a nosotros mismos; no para recibir alabanzas vacuas ni propaganda gratis. Nada más demagógico que esos carteles en los pasillos de las salas hospitalarias autocalificándonos como héroes o vendiéndonos como los salvadores de la patria. Nada más banal y superficial que esas absurdas comparaciones con soldados y militares, con dioses y súper héroes. Lamentablemente, vivimos tiempos donde el despropósito reina.

809. Stakeout

He vuelto a ver “Stakeout” una vez más. Un villano ha escapado de la prisión y un par de detectives de Seattle (Richard Dreyffus y Emilio Estevez) son asignados a vigilar a la exnovia (Madeleine Stowe, again) para tratar de encontrar al malvado asesino de policías (Aidan Quinn).

Los policiacos urbanos de los años ochenta llevaron el sub-género a otra dimensión, al añadirle a la parca seriedad de la década anterior, el relajo pop de la era reaganista, estableciendo símbolos icónicos que luego perdurarían en el tiempo, como el jefe policía negro y gruñón, la pareja dispareja de detectives (siempre tipos duros dispuestos a la acción), los policías competidores y burlones y el villano de turno, casi siempre terrible.

Desde comedias francas como “48 Hours” y “Beverly Hills Cop”, pasando por piezas mixtas al estilo de “Lethal Weapon” y “Tango and Cash” hasta cintas más oscuras al estilo de “To Live and Died in LA” y «Colors», los policiacos urbanos de aquella década desprejuiciada y libre, donde no existía el temor a herir susceptibilidades y donde la lista de pecados era mucho más escueta que ahora, nos divirtieron y nos entusiasmaron, sin el complejo de parecer obras trascendentes o inmortales.

¡Ah, sin embargo, qué paradoja! Casi nada de lo que se ha hecho con posterioridad, incluyendo homenajes como «The Other Guys», alcanzan los ribetes de espectáculo sustancioso y perenne que Stakeout y sus congéneres aún nos regalan. Y es que se ha perdido ese sentido epicúreo con que debemos afrontar el arte.

808. Warsaw 44

El nazismo ha logrado una unanimidad, como vívida representación del mal, que el comunismo jamás alcanzará (todos sabemos el por qué). Warsaw 44 está construida bajo esa máxima de que la entelequia perfecta del horror pertenece única y exclusivamente al nazismo. De hecho, revive tímidamente el viejo discurso de la Europa oriental de la post guerra de que el comunismo ruso significó la salvación de las naciones. Pero no me malinterpreten. No es una obra política per se. Es una cinta de emociones, imbuida de ese voluntarismo eslavo tan propio de su cinematografía.

Impactante, en cierta medida nostálgica, atroz siempre, esta pieza de Jan Komasa es de etiología mixta: su alma pertenece al tradicionalismo polaco pero su hechura estética es occidental, muy a la usanza de lo que Elem Klimov ya nos había regalado treinta años atrás. Y a pesar de todo el horror, al recoger los escombros y apagar el fuego, al limpiar de pedazos de muertos las esquinas roídas de Varsovia, nos queda lo más simple y perdurable, una estremecedora historia de amor.

807. Angela’s Ashes

Confieso que no he leído el libro de Frank McCourt. Los principales críticos de la adaptación cinematográfica dicen que Alan Parker no logró atrapar el espíritu del mismo. Casi ninguna pieza del celuloide lo logra. El cine es sólo un pedazo ilusorio de la literatura.

No obstante, “Angela´s Ashes”, la película, es excelente en sí misma, reflejando los barriales azulados y fétidos de la Limerick irlandesa de la Depresión. Todo el dolor del mundo cabe en la cinta de Alan Parker. Y es que la vida hace cien años era el infierno. En ciertos aspectos nuestra niñez es más aquella que esta. Sólo en ciertos, claro. Sobre todo en la simpleza y en la sobrevivencia…

806. After Life, season 2

“After Life” es una serie para verse rápido y de un tirón. Llena de ese humor inglés corrosivo de Ricky Gervais, atesora sin embargo la belleza de emocionarnos. El amor, la vida, el fin, las minúsculas pérdidas habituales, el orgullo y la tristeza, el paso del implacable tiempo… Es una pieza hermosa y simple.

Cuando termines de verla querrás abrazar a aquellos quienes te importan. Debido a ello es que se le perdonan las inconsistencias mínimas y la ausencia de un ritmo regular.

Además, después de lo que hizo Ricky Gervais en los Golden Globes (antes de la histeria por el Coronavirus) no hay mejor forma de premiarlo que dándole rating a su pieza, en la que funge como director, productor, guionista y actor.

805

Hay una frase del célebre historietista Alan Moore, que me recuerda un amigo, y que se ajusta con muchísima precisión a estos tiempos tan lamentables que vivimos, y dice así:

“Lo más importante que he aprendido sobre la teoría de la conspiración es que sus teóricos creen en ella porque es más reconfortante. La verdad es que el mundo es caótico. No es la conspiración de la banca judía, ni de alienígenas grises, ni de reptiloides de 12 pies de altura que controlan desde otra dimensión. La verdad es más aterradora, nadie tiene el control. El mundo carece de timón”.

804.

Sigue sin calzar la histeria. El presidente Trump reporta en uno de sus twitters que numerosas naciones le están pidiendo desesperadamente equipos de ventilación mecánica, ante la terrible situación que estos países están atravesando con la pandemia del Covid-19. Uno de ellos es El Salvador, que cerró sus frontera a cal y canto al comienzo de todo esto. Cuando reviso las estadísticas, resulta que la nación Centroamericana, hasta este mismo momento sólo tiene 208 casos confirmados y 8 muertes. ¿Por qué nos quieren pasar gato por liebre? ¿Es la moda de turno?

803.

El doctor Scott W. Atlas, MD, miembro principal de la Institución Hoover de la Universidad de Stanford y ex jefe de neurorradiología en el Centro Médico de la Universidad de Stanford, acaba de publicar una columna en The Hill titulada “The data is in: stop the panic and end the total isolation” donde recalca prácticamente cada uno de los puntos que yo he estado refrendando desde el comienzo de todo, razón por la cual varias personas me ofendieron a mis espaldas o me bloquearon en las redes sociales o se burlaron de mis afirmaciones.

¿Qué dijo el doctor Scott? En primer lugar, que el riesgo de morir por este Coronavirus es prácticamente mínimo. Las tasas de mortalidad general que yo he estado citando continuamente no pueden mentir, es evidencia científica. No son, definitivamente, una invención.

En segundo lugar, habla de aislar a los ancianos que poseen algún riesgo y no al resto de la población. Es lo que rezan las normas de la epidemiología moderna. Los protocolos ante pandemias de este tipo deben de estar claros en ese aspecto: Assisting Living Facilities en cuarentena y con el resto ejercer las responsabilidades individuales.

En tercer lugar el doctor Scott hace hincapié en desarrollar la inmunidad colectiva, cosa imposible si se establecen cuarentenas obligatorias. Crear inmunidad colectiva significa disminuir el tiempo de prevalencia de la infección, señores. ¡Pura ciencia!

El cuarto punto que plantea el doctor Scott también ha sido centro de mis preocupaciones: está muriendo gente por dejar de recibir servicios médicos debido a la histeria y al pánico exacerbados. Un miembro de mi familia estuvo a punto de engrosar esas cifras al no ser admitido en un servicio de Emergencia por reservar camas para un presunto peak de casos de Coronavirus que jamás sucedió.

Y el quinto punto del doctor Scott también hace alusión a algo que yo he planteado antes: las salas de aislamiento en hospitales no deben de reservarse para pacientes infestados, sino para pacientes de riesgo como inmunodeprimidos o respiratorios crónicos.

En un rato voy a salir al patio a darme con una piedra en el pecho. Y permítanme recordárselo una vez más a mis amigos, sean colegas o no… ¡SE LOS DIJE!

802

Rastrear el origen de un virus es vital para poder establecer una política de contención. Al menos eso es lo que citan todos los estamentos de epidemiología. La génesis del Covid-19 ha estado, lamentablemente, ligada a un sinnúmero de teorías de conspiración, lo que resta verosimilitud a los hallazgos. A veces tener un chivo expiatorio a quien culpar resulta mucho más cómodo que enfrentar los hechos verdaderos.

Pero lo cierto es que ha salido un estudio muy serio elaborado por científicos de la Universidad de Cambridge que sitúan a esta nueva cepa de Coronavirus, clínicamente idéntica a la del SARS, su hermana mayor, tres meses antes de diciembre del año pasado en una zona mucho más al sur de Wuhan, dentro de la propia China. La investigación ha sido hecha rastreando minuciosamente códigos genéticos dejados como pistas por el germen. No ha podido encontrarse un paciente cero aún. Probablemente a estas alturas sea improbable.

Por ahora el resultado parece reforzar aquellas sospechas de investigadores alemanes que sitúan a esta cepa, el Covid-19, causando infecciones respiratorias altas desde hace al menos tres inviernos, sin que nadie notase su presencia, diluida entre otras múltiples cepas de Coronavirus, Influenzas, Rino y Adenovirus, Parainfluenzas y sincitiales respiratorios, por sólo mencionar los más frecuentes. El hecho de que se hallan desarrollado varias pruebas de inmuno-detección, a la par de la histeria china por el probable cierre de sus mercados, catapultó, probablemente, a este SARS-CoV2 al pináculo de la fama.

De no haber ocurrido el estado de excepción de Wuhan y la histeria subsecuente occidental, les aseguro que casi ninguno de ustedes, a estas alturas, sabría que todos los días mueren y morirán personas por infecciones respiratorias complicadas.

801.

Todo colectivismo se caracteriza por colocar los derechos comunes por encima de la virtud individual. En nombre del bien de la comunidad todo, absolutamente todo es permisible. Es la democracia tiránica de las mayorías. No suele respetar partidismos ni ideologías, como bien hemos constatado en estos últimos meses. En Houston, una ciudad que amo y donde viví alguna vez, el alcalde acaba de promulgar un decreto que multa con mil dólares a todo aquel que salga a la calle sin tapabocas. Alrededor de ordenanzas semejantes se suelen estructurar las entelequias de la chivatería ciudadana. Y estoy seguro, amigos míos, que muchos de ustedes aplaudirán con regocijo.

801. No Man’s Land

Acabo de ver el muy elogiado documental de David Garret Byars “No Man’s Land”, que narra aquel oscuro episodio acaecido en febrero del 2016 cuando un grupo de granjeros y libertarios se apoderaron de una reserva federal en el condado de Harney, Oregón y que terminaría con la muerte de uno de sus dirigentes, La Voy Finicum, tras una emboscada en la carretera.

“No Man’s Land” trata sobre la ilusión de la libertad y sus límites, sobre la utopía de la independencia y sus contornos. Subsiste en la nación americana, sobre todo en sus zonas rurales, un fuerte sentimiento anti federalista que nos lleva a corroborar o a cuestionar ciertas interpretaciones legales o ciertos acápites de la Constitución y sus enmiendas. Es un asunto complejo, pero sobre todo, es una realidad que está ahí, a flor de piel, lista a estallar en cuanto la ocasión sea propicia.

Creo que vivimos tiempos inéditos y excepcionales. Echar un vistazo a la historia reciente, en este caso a la toma del Malheur National Wildlife Refuge, que más que una ocupación física fue una proclama de valores y sobre todo un grito de atención, me parece un ejercicio imprescindible para llegar a comprender que la posibilidad de que toda la estabilidad que conocemos se vaya a pique en un abrir y cerrar de ojos, siempre estará cercana.