Aunque la escritora Géraldine Schwarz le dice a un periodista del diario El País que luego de la pandemia nos espera la hecatombe del Cambio Climático, refrendando aquello que les dije hace ya tantos días de que este Coronavirus es la nueva religión de los ambientalistas, o al menos una especie de pre-bocado apocalíptico y anti-institucional, también tiene la agudeza de dejarnos saber que no todo es blanco y negro y que el pánico es capaz de sacar lo peor de todos nosotros.
“Lo que más miedo me da de los efectos democráticos de la pandemia es lo fácil que la gente renuncia a la libertad. El juego de la democracia es algo que la gente aún no comprende del todo, de forma que no es capaz de juzgar cuando se cometen abusos. Puede pasar cuando venga la crisis del cambio climático, que en nombre de la salud se imponga, por ejemplo, una especie de dictadura verde”, dice, y yo que la entiendo a la perfección.
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