Un diario español, el ABC, publica una especie de debate entre dos filósofos sobre el tema de la libertad, aprovechando la circunstancia del confinamiento pandémico.
Es notorio que alguien trate un tema fundamental como el de las libertades en una época en que la histeria, el temor y la falsa condescendencia han corroído todos los discursos. Sin embargo, leyendo el debate de marras, no puede llegarse a otra conclusión que esta: la filosofía se ha terminado convirtiendo en un lastre inservible que sólo se sigue ocupando del ser y sus contornos sin mirar más allá de dos palmos de narices.
El regodeo semántico no es otra cosa que un estorbo demodé, insustancial e impráctico. Los tiempos han cambiado de una forma drástica. Los últimos doce años nos han abocado a un futuro inminente que rompe con toda forma de pensamiento anterior. ¿Y quién se ocupará de hablar de estos temas? ¿Acaso esos dos tipos que balbucean intrascendencias en el debate de ABC? Espero que, si existe un Dios, en realidad nos pille confesados…
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