El SARS Cov1, hermano mayor de nuestro contemporáneo SARS Cov2, también salió de China hace ya la friolera de 16 años. Su índice de letalidad era de un 11 % mientras el nuevo catarro chino no rebasa el 3%, por lo que cabe suponer que, si los comunistas de mirada inescrutable fabricaron esta última cepa de Coronavirus con el objetivo de destruir a sus enemigos en una especie de guerra biológica, equivocaron la fórmula completamente, debido a que el bicho de moda les ha salido mucho menos asesino que la versión previa. Lo que sigo pensando es que este germen pandémico de hoy en día es de carácter natural, y que la reacción histérica e hipertrofiada es producto de razones culturales y políticas más que médicas o epidemiológicas.
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Rafael Piñeiro-López
Rafael Piñeiro-López, escritor, ensayista y Doctor en Medicina (1994). Ha sido articulista en diarios como Periodista Digital (España) y La Razón (Argentina). Ha publicado los poemarios "Los Hombres Sabios" (Editorial NeoClub 2015) y "La Bala de Sansón" (Editorial Signum Nous, 2016). Fue fundador y editor general de la revista sobre Arte, Cultura y Pensamiento "Signum Nous". Reside en la ciudad de Miami. Ver todas las entradas de Rafael Piñeiro-López
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