Cuando la llamada primera ola del Coronavirus “azotó” al condado Dade, se iban a configurar hospitales de campaña que, eventualmente, evitarían la saturación de los servicios sanitarios. Yo iba a formar parte de un team médico que jamás se llegó a estructurar porque no hizo falta. Ni los hospitales se sobresaturaron (el Baptist, el Kendall y el propio Jackson siguieron funcionando a la misma capacidad de siempre), ni las morgues se desbordaron, ni hubo tampoco que recoger muertos por las calles.
De hecho, las cifras dadas a nivel local no son reales: entre un 30 y un 40% de los numeritos, están inflados por la manera en que se codifican los casos. El propio gobierno lo admitió por mediación de la doctora Birx. Muy bien, ahora están hablando de una segunda (e inexistente) ola. ¿Nos volverán a hacer el ofrecimiento de mandarnos a un hospital de campaña pagándonos muchísimo dinero, como la primera vez, o los organizadores volverán a morir del desengaño?
PD: el virus existe, es una realidad. Y es muy peligroso para ciertos grupos etáreos. En las circunstancias adecuadas puede ser letal. Pero… no se justifica paralizar al mundo ni obligar al uso de máscaras por doquier. Los costos de tanto desatino ya son terribles.
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