Mientras la Stanford University ha apelado a la mesura y la sensatez frente al affaire Covid, la John Hopkins University ha sido, en cambio, la cara visible de la histeria y el fatalismo. Ambas instituciones representan los espectros opuestos con que la ciencia opera en estos días. El debate científico futuro continuará enfrentando a posiciones tan divergentes como estas.
Desafortunadamente la contienda, hasta ahora, está siendo ganada por la alharaca del terror (nada más anti científico, por cierto). Es como vivir de nuevo el triunfo transitorio de los secuaces de Bernardo Gui sobre los seguidores de Francis Bacon…
Publicado por