
“The Virgin suicides”, la brillante ópera prima de Sophie Coppola, narrada de manera impecable, es una pieza hermosa, sensible y estremecedora que nos habla sobre la fragilidad de la adolescencia, o de la vida, que es casi la misma cosa.
Coppola le arranca un jirón a la existencia de todos, nos toma de la mano y guía, sin compasión alguna, hacia un drama terrible, que es el fin inesperado y abrupto.
Dicen que la novela de Eugenides es muy buena. No la he leído. Pero a pesar de que nunca una obra cinematográfica logrará recapitular las complejidades de la literatura, estoy seguro de que la pieza de Coppola se le acerca. Y es que nos muestra que la vida, inconmovible, continúa su paso sin velar por los que quedan detrás.
Si estás dispuesto a que se te arrugue el alma, métele caña a este filme, no pierdas mucho tiempo… (¡Por cierto, que clase de actorazo el gran James Wood!)
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