
“Doctor Sleep” es una especie de continuación de “The Shinning”, esa obra majestuosa de Stanley Kubrick. Y aunque la cinta de Dan Flanagan, un especialista veterano del género de terror, es decente, lo que ya fue brillantemente sugerido no necesita ser explicado. La culpa no es del realizador, por supuesto, sino del obsesivo Stephen King y su factoría de escribidores a sueldo.
No obstante y a pesar de las múltiples obviedades, “Doctor Sleep” no es una pieza desechable y llega, por momentos, a atesorar momentos muy bien logrados, como aquella escena formidable donde un viejo moribundo expira su alma hacia el infinito.
Hay acá una aproximación sensible e inteligente al abismo insondable de la muerte, a pesar de que la historia central deriva hacia un cruel y raro desvarío de fantasmas y devoradores de almas.
Vale la pena verla por aquello de la curiosidad intelectual. El intento es valiente y osado, aunque no hay Flanagan que compita con Kubrik… ni Stephen que se sacie de King…
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