
The Life of Pi es mucho más que la historia de un naufragio y de un tigre de bengala agazapado en un bote de rescate entre las tormentosas aguas del Pacífico. Tampoco es sólo la semblanza neo-bíblica de un Noe moderno. Y de ninguna manera es, como quizás podríamos pensar al comienzo del metraje, una especie de Amelie en versión hindú. No. Ang Lee, además de entregarnos un producto visual impresionante, nos narra una historia donde la cercanía fosforescente de un Dios cualquiera parece acecharnos a cada paso, con sus cielos espléndidos y sus mares como platos celestiales. The Life of Pi es, en definitivas, como atisbar el universo estrellado de Colón en los setenta: un milagro de vida.
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