Hoy me tocó atender a un paciente que había sido positivo al Covid-19 PCR test a mediados del mes de julio y que había arrojado otro positivo el viernes pasado. Las pruebas se las realizó en el parque Amelia Earhart de Hialeah y luego en una clínica de terapia ocupacional. Nunca tuvo síntomas, pero estuvo obligado a permanecer en su casa, por lo que terminó perdiendo su “pincha”.
Hoy fue al centro de urgencias donde yo trabajo para tratar de dilucidar cuál es su verdadera situación clínica. El exámen físico fue negativo y le indiqué un test sanguíneo de anticuerpos para ver dónde estábamos parados. El IgM, que mide si la infección está activa, resultó negativo, pero más increíble fue que la IgG, que testea si el paciente estuvo expuesto al virus en el pasado, también fue negativa. Es decir, el paciente nunca estuvo expuesto al Covid y lo reportaron como positivo dos veces.
Los test sanguíneos de anticuerpos no dan falsos negativos, sino todo lo contrario, lo que significa que pueden dar positivos al Covid sin realmente serlo. Por lo tanto, el hecho de que ambas inmunoglobilinas hayan resultado negativas corroboran con precisión que nunca estuvo contagiado. Ordené un nuevo PCR mediante swab nasal y el resultado regresará en tres días. Los tendré al tanto.
Y mi gran duda en esto sentido, luego de haber sido testigo de innumerables chapucerías, engaños e inexactitudes en relación al manejo del Covid por parte de «profesionales» e instituciones es… ¿Cuántos positivos de mentiras nos han estado vendiendo? ¿Cuántas muertes no relacionadas con el Covid se han rotulado bajo el signo inmisericorde del virus? La respuesta es obvia y fácil: Muchos, muchas.
Publicado por