1004

¡Amigos, no se preocupen! Los fascistas de Antifa son solo… una idea… el reflejo demencial de los conspirativistas de la derecha reaccionaria y blanca, vaya. No se dejen manipular, yo leí la verdad en el New York Times y la escuché por CNN. Además, en Wikipedia afirman que son muchachos buenos… es decir, que son una idea positiva…

1003

Ni quienes pensamos que la libertad individual debe imponerse sobre el «bien común», ni aquellos otros que creen que el estado debe hacerse cargo de la vida de la gente, vamos (van) a cambiar el voto tras el debate de anoche. Los rifi-rafa faranduleros rara vez determinan sobre las decisiones de la gente (es el mismo equivalente al gasto millonario de un Blomberg en Florida para elegir a un presidente). Si acaso queda el cosquilleo gozozo del chismorrerío político danzando frente a nuestras narices. La cosa, lo aseguro, se diluye con las horas.

1002

Si quieren percatarse de cuán aterrador es el futuro de USA y, por ende, de la humanidad entera, echen un vistazo a los vídeos de Liberty Hangout y su host, la incisiva y valiente Kaitlin Bennett, una joven conservadora que entrevista a jóvenes universitarios a lo largo y ancho de diferentes campus. Ya desde hace un tiempo, tiene que ser escoltada por guardias de seguridad, pues los «tolerantes liberales» la han atacado infinidad de veces simplemente por sostener una opinión disidente. Tolkien fue, en cierta medida, un visionario desde la literatura. La oscuridad de Sauron se avalanza sobre nosotros, pobres mortales indefensos.

1001

Lo de esta noche va a ser entretenidísimo, sobre todo teniendo en cuenta la carencia de humor que ha caracterizado al mundo desde que el obamismo irrumpió en la vida de todos con esa carga de fatua solemnidad intelectual.

Y es que la gente también privilegió a Trump a causa de ése espíritu epicúreo que subyace en nosotros; única defensa posible contra la incertidumbre de la existencia simple.

El show que caracteriza a la política norteamericana ha demostrado ser efectivo y vital. No en balde sostiene sobre sus hombros al experimento social más exitoso en toda la historia de la humanidad, lo cual no es poco. Los debates presidenciales son parte ineludible del tinglado. Disfrutemos esta noche, que nos lo merecemos.

1000

Sale a la luz esta semana que el infausto Christopher Steele, aquel ex espía británico que se encargó de inventar evidencias falsas para presentarlas a la corte FISA con el objetivo de lograr autorización para investigar al presidente Trump, tenía vínculos estrechos con oficiales de la inteligencia rusa. Luego viene William J. Barnett, agente del ex FBI que formó parte del equipo investigador del fiscal especial Robert Mueller, a decir que nunca existió evidencia seria sobre un posible collusion, y que las persecuciones de Michael Flynn y Paul Manafort se debieron a vendettas políticas que buscaban incriminar a Trump a como diera lugar. ¿Y dónde están los tremebundos titulares de la gran prensa sobre tan espectacular noticia?

También el comité senatorial de Homeland Security and Finance dio a conocer un informe oficial en el que vinculan a Hunter Biden, el hijito de Joe que se vio involucrado en el lodazal ucraniano de Burisma, con cuadros partidistas chinos, eso además de recibir más de tres millones de dólares de parte de Elena Baturina, esposa del ex alcalde de Moscú. ¿Y cuáles fueron los titulares sobre el tema?

Los programas televisivos guardaron absoluto silencio mientras el NYT afirmaba que “Investigación republicana no encuentra evidencias de violaciones por parte de Biden”, Político ponía un encabezado grimoso: “Senadores republicanos anti-Biden reempaquetan antiguas acusaciones”, y BuzzFed gritaba histéricamente que “El informe republicano sobre Hunter Biden está lleno de acusaciones antiguas y sin fundamento y de teorías desacreditadas”. ¿Lo peor? El Washington Post de Jeff Bezos, que fantasea con una distopia inexistente: “El informe de los senadores republicanos dice que la posición de Hunter Biden en la junta de Ucrania fue problemática, pero que no influyó en la política exterior norteamericana”.

La prensa de esta nación está podrida. Es partidista y responde a intereses financieros muy específicos y poderosos y no se vislumbra ninguna posibilidad de cambio. Los Estados Unidos, lugar donde los generadores de estados de opinión se han posicionado a un lado del espectro político, sólo puede sacudirse de tanta purulencia con violencia. Es la lamentable realidad.

999

Tom Friedman, el columnista del NYT, alerta sobre la posibilidad de una segunda guerra civil en los Estados Unidos a raíz de las elecciones venideras. No creo que Friedman yerre en la disposición de la consecuencia, pero las razones que arguye son equivocadas. Tom, por supuesto, culpa por adelantado al horrendo presidente Trump, dejando entrever muy claramente que el dictador naranja no reconocerá el resultado de las elecciones de perder con Biden.

Al antitrumpismo militante, según parece, se le olvida aquel llamado de la cúpula partidista a Sleepy Joe de no validar una victoria trumpista. La lectura de la media, como ya es habitual, navega a contracorriente de la realidad. Friedman no atisba la violencia generada desde la oposición y los grupos que apapachan las ideas de izquierda. No le conviene, no le cuadra. El discurso tiene que continuar sobre la misma senda, demonizar a la administración y aligerar el pesado ataúd que cargan sobre sus hombros los “defensores” de la justicia.

Y ya a estas alturas no estoy seguro de que pueda prevalecer algún atisbo de verdad (ese concepto resbaloso y frugal), pues al fin y al cabo la historia la escriben no sólo los vencedores, sino (y sobre todo) los encargados de generar estados de opinión.

998. La Ragazza Della Nebbia

«La Ragazza Della Nebbia» no es un policiaco común. En lo absoluto. Está contada de una manera muy inteligente y sagaz, precisamente por Donato Carrisi, un tipo que adaptó y dirigió su propia novela, repleta de giros asombrosos y sobre todo subjetivos, lo cual en conjunto debe haber ayudado muchísimo en el resultado final. Lo cierto es que esta historia podrida se asemeja mucho más a un relato nórdico de Stieg Larsson que a un policiaco azurro. ¿Efecto de la globalización? ¿Quién sabe? Con tal de que no metan al mediocre Padura en este mismo saco…

997. St. Elmo’s Fire

St. Elmo’s Fire tiene la particularidad de ser una cinta ochentera con nostalgia por la década de los ochenta. Fue, en ese sentido, una especie de pieza premonitoria, un pequeño enclave reaganístico en la era de la social media… o viceversa. Anunció el comienzo del fin de una etapa, corroborando aquello de que luego de subir a la cúspide sólo queda rodar cuesta abajo. Y es que en un lustro ya no reinaría el glam sino el meteórico grunge, para luego dar paso al progresismo reaccionario que nos atosiga en el presente.

JoeSchumacher, como realizador, tiene la sensibilidad de un dinosaurio extinto y no es un narrador sagaz, nunca lo ha sido, por eso la irregularidad en el tratamiento del tiempo y las disgregaciones en la historia. En manos de otro quizás St. Elmo’s Fire podría haber llegado a ser un batacazo conceptual. No obstante, a la obra capitalizada por el brat pack (ese concepto horrendo imaginado por David Blum) se le capta la idea general y se le reconoce su carácter profético.

996

Cuando todo atisbo de esperanza parecía perdido, como una ola engendrada en el mismísimo infierno, azotando las costas pedregosas de la indefensa Hawai, el maremoto Kua Bay, una IPA terrible que sobrepasa con holgura los siete grados de alcohol, se hace presente entre la estulticia testaruda de unos cuantos y la impavidez de otros, para gritarnos con fiereza: “ yo soy quien soy y es mejor que desde ahora lo sepas”. Échate este laguer, mi consorte, esta Indian sabrosona y brutal, sólo cuando estés seguro de poder aguantar tanta espléndida magnificencia!

995

¿Quieren ver un tronco de documental? ¿Una pieza que los conmueva y les haga estremecerse ante el inexplicable e incomprensible sentido de la vida, sin apelar a falsedades o a la mentira del arte por el arte? Quizás sea yo, que quise ser psiquiatra hace ya mucho tiempo, pero aún creo que fue el propio Dios (sea quien sea) quien escribió con sus manos aquella elegía de los locos que caminan siempre entre las sombras, a un costado de nosotros, los «normales», como si la verguenza resultara inaguantable… Hay un dolor muy intenso en todo eso. Compruebénlo por ustedes mismos.. «Unit of Difficult Patients», por Amazon… no se lo pierdan.

994

Me he comprado toda la línea cervecera de la Kona Brewing, orgullo hawaiano. He comenzado probando dos: la ligera Longboard, una cepa simple y amistosa que resume el carácter de los locales con una parsimonia ancestral y antropológica que impresiona (hombre y cultura son un misma cosa); y la IPA Castaway, que es fácil de tomar y que la recomiendo a quienes comienzan a aventurarse en el maravilloso mundo de las Indian Pale, por ser esta versión isleña de amargor controlable y cómoda aproximación. ¡Anímense, metan pescáo con sus invitados presentándoles estas exóticas frías del Pacífico y siempre quedarán bien parados! (Proximamente les comento sobre las otras dos)

992. The English Patient

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El taciturno Almasy (ese terrible apellido que acarrea a la muerte) y Katharine Clinton, sentados en medio del agreste desierto norafricano donde los tanques del general Rommel habían sembrado el pavor más absoluto, son el reflejo de cuánto puede llegar a doler la vida.

“The English Patient” es la historia de una traición. Un filme doloroso y terrible, he de decirles; un hermosísimo relato porque en la tristeza y en las imperfecciones de los hombres también habita, en ocasiones, la belleza. Creo que, a diferencia de muchas otras, esta es una pieza que ha ganado con los años. Le ha valido a Minghella la sobrevivencia eterna, luego de aquella muerte tan prematura e injusta.

Y es que The English Patient es una de las piezas más monumentales jamás filmadas, repleta de innumerables escenas poéticas, de punta a rabo, y de paisajes increíbles que nos recuerdan cuán minúsculos somos ante el milagro de la creación. La cinta es un lienzo renacentista coloreado en los tiempos inciertos del fin de un siglo. ¿Qué más decir?

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Bien, les comento este artículo publicado hace un par de días por Medscape, un sitio profesional de informaciones e investigaciones médicas, muy activo en la diseminación de noticias tremendistas acerca del Covid-19, por cierto. Pues bien, su equipo editor ha tenido que echar pie atrás ante el hallazgo irrefutable de nuevas evidencias que lanzan por tierra el constructo teórico de que buena parte de las tremendas y dramáticas muertes achacadas al virus eran provocadas por una «cytokine storm». La afirmación no es cierta, fue un error basado en atropelladas evidencias no empíricas que sólo terminaron creando incertidumbre y terror. Lo mismo sucedió antes con las forzadas elucubraciones sobre el «Kawasaki» pediátrico covidiano o la coagulación intravascular diseminada, ambos cuadros probablemente generados por otros gérmenes asociados al Covid (infecciones mixtas) y no por el famoso virus en sí.

«La sobreactivación del sistema inmunológico conocida como «tormenta de citocinas» no juega un papel importante en los resultados más graves de COVID-19, según hallazgos inesperados en una nueva investigación. Los hallazgos contrastan directamente con muchos informes anteriores», nos dice Medscape.

«De hecho, nos sorprendieron los resultados de nuestro estudio», dijo a Medscape  el autor principal del estudio, Peter Pickkers, MD, PhD. En un enfoque único, Pickkers y sus colegas compararon los niveles de citocinas en personas críticamente enfermas con COVID-19, con los de pacientes con sepsis bacteriana, trauma y sobrevivientes de un paro cardíaco».

«Por primera vez, medimos las citocinas en diferentes enfermedades utilizando los mismos métodos. Nuestros resultados muestran de manera convincente que las concentraciones de citocinas circulantes no son más altas, sino más bajas, en comparación con otras enfermedades», dijo Pickkers, afiliado al Departamento de Medicina de Cuidados Intensivos en el Centro Médico de la Universidad Radboud en Nijmegen, Holanda.

Los resultados de este estudio, por cierto, fueron publicados en la revista JAMA en la edición del 3 de septiembre, es decir, hace 8 días atrás. Vean la especificación estadística del estudio, según nos relata Medscape:

«Pickkers, el autor principal Matthijs Kox, y sus colegas estudiaron a 46 personas con COVID-19 y síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) que fueron admitidas en la UCI del Centro Médico de la Universidad de Radboud. Todos los participantes se sometieron a ventilación mecánica y fueron tratados entre el 11 de marzo y el 27 de abril del 2020. Los investigadores midieron los niveles plasmáticos de citocinas, incluido el factor de necrosis tumoral (TNF), la interleucina-6 (IL-6) y la interleucina-8 (IL-8). )».

«Compararon los resultados de este grupo con los de 51 pacientes que experimentaron shock séptico y SDRA, 15 pacientes con shock séptico sin SDRA, 30 personas con paro cardíaco extrahospitalario y 62 personas que experimentaron múltiples traumas. Utilizaron datos históricos para las cohortes no COVID-19. En comparación con los pacientes con shock séptico y SDRA, los pacientes con COVID-19 tenía niveles más bajos de TNF, IL-6 e IL-8».

«Las diferencias fueron estadísticamente significativas para TNF (p <.01), así como para las concentraciones de IL-6 e IL-8 (para ambos, p <.001). Además, el grupo de COVID-19 tenía concentraciones de IL-6 e IL-8 significativamente más bajas en comparación con los pacientes que tenían shock séptico sin SDRA».

«Los investigadores también encontraron concentraciones más bajas de IL-8 en pacientes con COVID-19 en comparación con los pacientes con paro cardíaco extrahospitalario. Los niveles de IL-8 no difirieron entre los grupos de COVID-19 y de trauma».

Nada de esto, amigos míos, niega el hecho factual de que el Coronavirus haya causado muertes por Síndrome de Distress Respiratorio a punto de partida de neumonías atípicas, pero la manera inexacta e histérica con que la propia ciencia ha echado a andar rumores o falsas afirmaciones que, en un final de cuentas, han terminado por propiciar los horrores de las cuarentenas medievales, los tratamientos protocolares sin sentido, el sensacionalismo de los falsos mesías y los gobiernos cuasi totalitarios, la depresión económica y el sufrimiento gratuito de millones en el mundo, debiera ser imperdonable.

Y es que, como les dije desde un inicio, parece ser que las sobreinfecciones bacterianas intrahospitalarias han jugado un rol preponderante en un gran porcentaje de las muertes tan publicitadas por los medios e instituciones científicas en el mundo, a tenor del silencio de quienes no deberían haberse dejado arrastrar por el miedo y por la furia. Tanto la mayoría de los casos de CID, de Kawasaki disease y de tormentas citoquínicas que han cobrado la vida de miles de personas en todo el mundo, poseen un denominador común: la presencia de algún gérmen oportunista. Y el resto es bobería, Sarría.

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Recuerdan a aquel paciente del que les conté hace unos días? Un viejito cubano que perdió su único trabajo por haber estado un mes dando positivo al Covid-19 PCR test? Cuando llegó al Urgent Care donde trabajo, hacía 4 días que había dado positivo a su última prueba. Yo le indiqué un blood test para medir sus anticuerpos y ambos fueron negativos (Hubo colegas que, a propósito del tema, se sumaron a la falacia pseudo científica que afirma que hay pacientes que no generan anticuerpos para el virus!), lo que sumado al hecho de que el hombre siempre había sido asintomático me hizo arriscar la nariz. Pues bien, el resultado de nuestro PCR también fue negativo, lo que significa que el viejito de marras jamás fue portador del virus y que perdió su trabajo prácticamente a causa de la histeria y la chapucería de estos tiempos. Es triste, además, que el pobre haya aportado varios dígitos al número de cifras positivas en el condado y el estado. Hemos vuelto de sopetón a la edad media!