¿Cuántos de ustedes no soñaron con que la inmensa nave extraterrestre, tras la musiquita de rigor, disparara y barriera con los científicos apilados al pie de la meseta del diablo, Wyoming, aniquilando así las risillas nerviosas y condescendientes de los testigos en “Closer Encounters of the third grade”? ¿O que a Dreyffus lo acuchillaran esos enanos cabezones tras instalarlo cómodamente en la nave nodriza? Vamos, admítanlo, aunque sea una vez. Nos place sobremanera… El sueño, en todo caso, nos lo cumpliría décadas después Tim Burton.
En realidad “Closer Encounters of the third grade” es más una precuela estilística de Indiana Jones que una antecesora intelectual de ET. Y podría decirse también que es una de las piezas más relevantes de la etapa dorada spielbergiana, esa que abarcó, en mi opinión, desde 1975 con Jaws (tras una larga jornada de ejercicios preparatorios televisivos) hasta la majestuosa Empire of the Sun de 1987.
Si quieres saborear la auténtica sazón de Spielberg, esta es una pieza esencialísima, vital, irremediable. La he vuelto a repetir después de más de treinta años y debo confesar que sigue siendo insuperable dentro de su espíritu y su estilo.
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