Ojalá me equivocara…
Estoy seguro de que el día 6 de enero un congresista y un senador republicanos retarán los votos electorales de los siete estados en pugna, pero lamentablemente sospecho que tal decisión no llegará a ningún lugar y que la reunión en pleno de representantes escogerá mantener el status quo y certificar el fraude. No hay que ser un genio para intuir tal resultado. Sólo es necesario haber estado atentos a las cosas que ocurren.
También estoy casi seguro de que el vicepresidente Pence no interpretará la enmienda 12 de la manera que muchos esperan. Es decir, creo firmemente que dará un paso al costado y no declarará presidente a Donald J Trump.
¿Por qué? Por dos razones fundamentales. La primera es que, según los que saben, la enmienda 12 de la constitución es difusa y poco concluyente en sí misma. Invocarla no presupone obtener una legitimidad concluyente. La segunda es que tal decisión generaría el más absoluto de los caos (necesario, imprescindible en mi opinión, pero altamente improbable). Nadie quiere cargar con la responsabilidad de una confrontación violenta en sus espaldas.
La “democracia” norteamericana murió la madrugada del 4 de noviembre. Somos testigos “privilegiados “ de una nueva etapa de la historia. Estén preparados y alertas, amigos míos, pues el mundo que conocimos comienza a quedarse en el pasado.
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