Una sociedad se encuentra absolutamente enferma y a un paso del aktion colectivo, cuando la prensa y los intelectuales no sólo reconocen abiertamente el acometimiento de un mal moral en pos de una presunta verdad sino, y sobre todo, cuando alardean de ello. El artículo de la revista Time titulado «The Secret History of the Shadow Campaign That Saved the 2020 Election» es, por supuesto un ejercicio descarado de cinismo sin par, pero también un reflejo de la profunda decadencia de las instituciones que prevalece. Poco falta para que nosotros, los incorregibles, vaguemos como “die Wolfskinder”, semidesnudos y descalzos sobre la nieve germana, rezando al anochecer, antes que el aullido de los lobos despunte como sol en el cenit.
Lean, lean el artículo de marras. Sean testigos de cómo el imperio se hunde en la más oscura y destructiva utopía de la «sociedad perfecta». Moramos en la fantasía secular de los totalitarismos humanistas, donde al decir de Ian McEwan, la idea de la redención, una idea milenaria, siempre requiere de enemigos…
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