
Ju-On fue la heredera natural, aunque menor, de Ringu. Lo mismo sus versiones hollywoodenses: The Grudge sigue modestamente los pasos, y con cabeza baja, de The Ring. ¿Nakata y Shimizu? La apoteosis del horror nipón.
El neo gore se nutre de la maldad pura como generador de historias. Quizás The Ring (2002) es, en ese sentido, el arquetipo modélico del subgénero que, a diferencia de sus múltiples imitadoras, trae consigo una complejidad existencial notable. No por gusto la versión de Gore Verbinski y la original del maestro Nakata sentaron las bases del nuevo cine de horror en lo que va de siglo.
The Ring es una pieza que, luego de veinte años de haberse filmado, aún continúa siendo lozana, aterradora, letal. Aquella máxima de que sólo el miedo (entiéndase como sentido de supervivencia) te mantiene alerta es, en el imaginario de Nakata y Verbinski, la prueba palpable de que soportar el pensamiento de la muerte es imposible, como diría alguna vez Pascal.
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