Señores, dejen las turcas y las guayabas de una vez por todas, que eso no les va a otorgar validez moral alguna. Todo lo contrario. Decepcionarán a sus crédulos seguidores y fortalecerán aún más a la añeja tiranía. Hay muchísima gente de buena fe que sucumbe con facilidad a los cantos de sirenas. No sean crueles.
(*No obstante a todo, de una forma u otra el neocastrismo se impondrá. La Bruguera será ministra de cultura. Y el Cangrejo presidente del congreso).
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