Si a mí me preguntaran hacia dónde creo yo que se dirige el futuro de Cuba, respondería que el mañana de la isla pertenece por entero al globalismo… o al nuevo orden mundial o como quiera llamársele a ese estado de cosas que ya es presente en el mundo occidental… desde aquellos oscuros prolegómenos de inicios del 2020.
El castrismo terminará “claudicando” (lo cual quiere decir pactando) ante este poder inconmensurable que ya se devora todo. Y ese proceso de transición terminará dando paso a la etapa del “neocastrismo”, que es como muchos se refieren al porvenir inmediato de la sufrida Cuba.
Y para llegar al neocastrismo se hace necesario que la transición no sea más que un pacto entre las fuerzas gobernantes de la tiranía y esta nueva “oposición” que es financiada y responde plenamente a los intereses y las agendas de quienes se reparten al nuevo mundo como si se tratara de la torta de un cake de cumpleaños.
La posteridad será cosa del discurso de la justicia social crítica! Y es que son más las coincidencias que las diferencias entre castrismo, oposición y globalismo. El denominador común es la visión comunitarista de la sociedad y el odio hacia el excepcionalismo norteamericano y hacia el viejo capitalismo fundacional.
Cuando el castrismo “claudique”, amigos míos, ganará prebendas e inmunidad. Un negocio redondo…
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