
Es como la Amy Dunne de David Fincher. Hermosísima y terrible. Esta “Nomad”, iconoclasta, compleja, no está hecha para paladares donde la tradición regenta. Dicen sus creadores que es Pilsener checa proveniente de una barriada de la ciudad de Denver, fabricada con malta germana (transportada en grandes barcos) y con cebada cultivada en Colorado.
Servida en vaso stange me regaló la espuma más espléndida que haya atisbado alguna vez. Si esta belleza posee el alma de Čechy, entonces es alma punk con guitarras de Ramones y el canto esperpéntico de Joey. Es como Axel Rose, por decir algo, habitando la carne de Karel Gott.
¡Una rareza!
* Escrito en junio del 2015.
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