¿Ya vieron el primer episodio de la tercera temporada de Black Mirror, esa serie de culto que con dos primeras sesiones y siete capítulos creó toda una narrativa acerca de la representación figurativa del pre apocalipsis del futuro? Ahora, filmada en los Estados Unidos y evidentemente con un mayor presupuesto y el respaldo de la media y de la crítica, arranca con una historia formidable, y la brillantísima actuación de la talentosa Bryce Dallas Howard.
Nosedive nos cuenta sobre una sociedad que funciona en base a puntuaciones, con el esquema de un Facebook virtual, una heterotopía permanente donde la realidad se entrecruza con lo etéreo. Todas las acciones están condicionadas por el reconocimiento social. Es una paradoja; es el espejo irreal del que alguna vez habló Foucault. Joe Wright, un realizador interesante que ha legado obras reconocibles como Atonement y muy especialmente Pride and Prejudice, sabe mantener el tono que ha caracterizado a esta creación de Charlie Brooker: lo oscuro, lo irrespirable, la más profunda de las tristezas, terminan por imponerse siempre. No parecen haber excepciones. Es la consecuencia brutal de lo que somos, o seremos.
*Escrito en el 2016
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