Kyle Rittenhouse fue puesto en libertad, tras un muy publicitado juicio, lo que ha renovado las esperanzas de muchos en el sistema político norteamericano. Craso error. Van a decepcionarse.
Como muestra un botón: el propio Rittenhouse ha hecho hincapié de que una foto con él y algunos miembros de la organización Proud Boys en un bar cualquiera fue producto de su desconocimiento acerca de quienes eran sus acompañantes, y de una triquiñuela de su antiguo abogado, que quiso perjudicarlo.
Lo cierto es que la denodada negativa del muchacho a haberse tomado una foto con esta gente denota claramente una cosa: la satanización de Proud Boys como “organización supremacista blanca”, lo cual no pasa de ser una absoluta falacia pues ni los valores que defiende ése grupo ni los hechos (su director durante un buen trecho era un mulato cubano) son compatibles con la realidad, corroboran el éxito de la propaganda reaccionaria de la llamada izquierda (esto supera las ideologías, se los repito), al punto de que el propio Kyle rehuya ser relacionado con ellos cuando al final son una misma cosa.
USA, la que alguna vez conocimos, está muerta y enterrada. Paso a paso la mayoría terminará doblando su cerviz. Una vacuna aquí, otra concesión allá, el silencio para mantener nuestra propia sobrevivencia… tiempo al tiempo…
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