Diario sobre mi padre 10

El recuerdo más viejo que tengo sobre mi padre fue cuando tenía quizás unos tres años, y estábamos en el patio de cemento de la calle Agramonte, y él me arreglaba algún juguete casero… un palo de escoba que servía como caballo o algo por el estilo. Estábamos en el fondo de lo que entonces me parecía un patio inmenso. Era yo tan pequeño que las cosas que me rodeaban se me antojaban infinitas, interminables. Y el viejo estaba allí, en esea memoria vetusta que se achica (o se agranda) a medida que envejezco. Es mi recuerdo más antiguo también, detrás probablemente de aquel episodio brumoso de un pequeñísimo infante que apenas si gatea en medio de una sala de losas en Santa Clara.

¡Ay, viejuco querido! Aquellas sesiones de boxeo en las que yo siempre te noqueaba (de mentiritas), aquellas aventuras en tu trabajo, tú impulsando la bicicleta en la que aprendí a pedalear, tú aconsejándome con toda la sapiencia y la dulzura de la que sólo un Dios puede ser capaz… ¡Ay, viejuco! Ya nos encontraremos nuevamente. Y esta vez será para siempre…

Diario sobre mi padre 9

Sueño a mi padre muerto. También lo soñé vivo y pleno hace tan sólo un par de meses; una única vez. No sé por qué. Ayer fue el aniversario de su muerte. De más está decir que fue una jornada triste, apuntalada quizás por la esperanza de que nos estuviera viendo a todos desde arriba, desde ese lugar maravilloso donde habita, si es que…

A las 9:10 PM de la noche, hora de su muerte, me senté solo en el cuarto donde ocurrió la partida, ahora oficina, buscando un aviso, un guiño cómplice, una señal que me devolviera la esperanza. No estoy seguro de que haya ocurrido. El estremecimiento usual de los recuerdos tristes, quizás no mucho más… ah, y el recuerdo, siempre el recuerdo.

Aún no he publicado los cuentos que escribió mi padre ni sus memorias. Tampoco mis reseñas de cine. La vida va pasando, rauda e irredimible, y apenas si nos damos cuenta. ¡Ya nos arrepentiremos alguna vez!

Hay un app en el teléfono donde podemos vernos cuandos seamos viejos. Y soy la viva imagen de mi padre. Una prolongación física de su presencia. Mientras yo viva mi viejo también lo hará. Es una certeza que me ha asaltado durantes los últimos días. Una certeza que persistirá hasta el fin de mis días.

1573

A partir de unos apuntes sobre el tema que tomé hace ya unos años:

Putin es más Nicolás Primero que Pedro el Grande. Si Yeltsin se acercó a Europa, Putin la rehúye… y probablemente con razón. El líder ruso es un nacionalista autoritario que como todos aquellos que han regido a la Rusia gigante, posee ansias imperiales. Por ello es un nostálgico de la URSS, lo que la gente no comprende es que la raíz de su ambición es territorial, geopolítica y no propiamente ideológica. Su ilusión quizás nunca fue regir, pero sí ser contraparte de Estados Unidos, un imperio que se desmorona y que muy pronto podría ser retado sin demasiado aspaviento.

Putin es antiglobalista, conservador social de la vieja usanza (el comunismo ortodoxo también lo fue, como el castrismo, por ejemplo) y estatista, como cada zar anterior que ha regido a la Rusia. Sus alianzas están basadas en el antinorteamericanismo tradicional, por ello se opone a la OTAN y a la disolución del tratado de misiles, y por ello también justifica, por ejemplo, el despliegue de misiles de la URSS en la Cuba castrista.

El principal ideólogo del putinismo es Aleksander Dugin: teórico del Eurasismo y de la Cuarta Teoría Política. (cuarta vía). La raíz del eurasismo se afinca en el tradicionalismo, el antiliberalismo, antioccidentalismo y, también, en el rechazo a la URSS. Dugin postula que el liberalismo, vencedor del comunismo y del fascismo, se encuentra en una profunda crisis, porque ha sido corroído, corrompido por la vocación del ser humano al totalitarismo. Lo llama fase post moderna y nihilística del liberalismo.

La creencia de la cuarta vía propuesta por Dugin recae en el Dasein de Heiddeger, ese estado primario y natural de cosas sobre lo cual no se ha construido nada. Entiende que la oposición al liberalismo occidental en un posicionamiento inevitable, ya que es una forma perversa y decadente de civilización. Pero también se opone al comunismo, debido a su interés materialista y su doctrina ateísta.

Eso sí, un futuro regido por el putinismo o cualquier otro líder ruso sería el estatismo lo que predominaría. “El socialismo era un factor positivo, como lo era también la organización orgánica, natural, precomunista, de la Unión Soviética. Y esa organización y esos valores sociales debían ser salvados, siempre y cuando, como decía, elimináramos el dogma materialista, ateo y progresista de la ideología soviética”, dice Dugin.

Es decir, la Rusia antiglobalista es inevitablemente colectivista, una de esas paradojas a las que nos enfrentamos en esta nueva era donde las ideologías tradicionales, aunque ustedes no se enteren, se han largado por la cañería como agua. El conflicto con Ucrania es uno de esos hechos que modelarán el futuro.

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En todo este rebemberembe me llama mucho la atención como la izquierda criolla “anticastrista”, usualmente tan modorrita y zorra, ha puesto pie en tierra por una de las partes, y hasta varoniles parecen en su inconsecuencia. Ah, si no los conociera!

Si tú que me lees añoras aquellos ejercicios sádicos donde las masas revolucionarias empalaban, como Vlad a sus terribles enemigos, a los “gusanos” y contrarrevolucionarios que se oponían al discurso oficial, podrás experimentar en carne propia el odio de las turbas con tan sólo no seguir a la manada… a ninguna, claro.

Yo no, yo acabo de jamarme unas lentejas de sueño mientras bebo un Malbec exquisito. Allá ustedes! A mí los nuevos adalides de lo cierto me resbalan.

1569

Ya habíamos cotizado para ampliar el piso del backyard y hacer unos pasillos laterales, pero resulta que la losa acordada está en falta en todo USA. Pedimos virtualmente en BJs unos pancakes que Rafe suele comer y no hay. La umbrella de patio de Home Depot? Inexistente. Todo ayer domingo.

Sigan creyendo que el chicharrón es carne!

1568

Klaus Schwab y Borge Brende, fundador y presidente del foro de Davos, respectivamente, acaban de sacar un comunicado condenando la invasión rusa y respaldando a Ucrania. «…condenamos profundamente la agresión de Rusia contra Ucrania, los ataques y las atrocidades», dicen.

Schwab y Brende son los ideólogos del postulado del great reset, que subraya el fin de los Estados Unidos como principal potencia mundial para el año 2030. Son también quienes verdaderamente echan hacia adelante la agenda de la justicia social crítica y de los «peligros del calentamiento global» como el ‘constructo’ de una nueva ideología.

Schwab y Brende han elegido a la China como ejemplo paradigmático de nación exitosa y compasiva. Que respalden a Xinping y carguen contra Putin puede no tener sentido para muchos, pero así son las cosas.

Quien crea que la dinámica geopolítica de estos tiempos continúa respondiendo a los postulados ideológicos tradicionales de los últimos 150 años está más perdido que un peo en un jacuzzi, como dice un buen amigo avecindado en Barcelona (allí los separatistas también se han solidarizado con Ucrania, por cierto).

Vivimos los prolegómenos de una nueva etapa de la humanidad entera. Nosotros, ustedes, somos testigos excepcionales del fin de una era y del comienzo (inquietante, aterrador) de otra. Tengamos los ojos abiertos. La historia no se trata, ni siquiera, de alianzas, apoyos y discursos. Yo, al menos, antes de convertirme en un seguidor de la conga de moda, prefiero observar a la distancia.

1567

La guerra es un sinsentido. Un sinsentido perpetuo e inevitable. Desconfíen de quienes la condenan en voz alta y, sin embargo, la ensalzan hasta el infinito. Los diarios y noticieros que nos vendieron la histeria del covid 19, que condenaron y conspiraron contra un presidente elegido limpiamente, que avalaron una asonada fraudulenta, son quienes ahora manichean (una vez más) la narrativa del horror. Por qué?

Por cierto, que el castrismo apoye a Rusia pero al mismo tiempo, el populista mexicano López Obrador critique la invasión del zaricillo Putin, es una muestra más de cómo las ideologías tradicionales no tienen vela en este entierro… lastima que ninguno de ustedes se percate.

1566

El conato entre Rusia y Ucrania, amigos míos, no es ideológico en lo absoluto. Responde a una raíz más perecedera y profunda: la naturaleza humana! Su motivo es el mismo que impulsó a que Lagash y Umma se aniquilaran entre sí a lo largo de un siglo. Reducir una guerra cualquiera a la existencia de un agresor malvado y una pobre víctima inocente no es más que una tontería superficial y falsa. La vida y la muerte son asuntos más complejos que la simple comprensión de los hombres. Facebook, como cualquier otra manifestación humana, es un reflejo heterotópico de la mediocridad que nos anima.

1563

Calabaza rellena cocinada al horno con adición de picadillo de pavo, perejil y queso feta y mexicano. El vino es un EXCELENTE Cabernet del valle de Napa, Bread and Butter, que posee un carácter soberbio, sin falsos artificios. Grueso, tánico, seco y de acidez equilibrada, ideal para acompañar carnes y platos sustanciosos

1561

Bob Reiner es un miserable ser humano pero fue un gran realizador. Su prime, corto y relevante, puede localizarse fácilmente entre 1986 y 1990, con los filmes Stand By Me, The Princess Bride, When Harry Met Sally… y Misery.

The Princess Bride (1987) específicamente, fue una brillante adaptación de la novela de William Goldman y su grandeza radica en cómo la simpleza, el humor y el espíritu (de una época ya perdida) apuntalaron la historia de una venganza con la precisión quirúrgica de esa afilada espada que atraviesa un corazón cualquiera.

“My name is Inigo Montoya. You killed my father. Prepare to die”, especie de afirmación moral que apuntalada toda la narrativa de la pieza, no es más que un posicionamiento estoico que nos hace grandes ante la muerte, fin inexorable que todos alguna vez enfrentaremos. También de eso se trata…

1559

¿Hacia dónde vamos, te preguntas? Børge Brende, presidente del foro económico internacional, te lo aclara amablemente.

«Lo más inmediato es que debemos asegurarnos de que el crecimiento global sea más inclusivo» dice. Y elige a Xi Jinping como modelo a seguir: «Muchas economías avanzadas tienen pronósticos prometedores, como China, cuyas exportaciones aumentaron más de $ 675 mil millones el año pasado, un aumento del 26 por ciento con respecto al año anterior».

El tipo sonríe. Sabe que tiene agarrado el sartén por el mango. Y vuelve a insistir en la colectivización horrenda, esa distopia orweliana: «Una forma de avanzar en una recuperación más equitativa es comprometerse a brindar inversiones sostenibles a las economías subfinanciadas».

El chivo expiatorio, el lobo de Pedro es nuestro viejo amigo (y un nuevo aliado). Brende se excita: «factores como las nuevas variantes de COVID-19 y el aumento de los precios de la energía» son los responsables del nuevo Saurón, ¿Y ustedes, amigos míos, pensando noblemente que el aumento del costo de la vida es consecuencia de alguna mala gestión? ¡Cuánta inocencia!

En estas últimas declaraciones del discípulo de Schwab, hace tan sólo una semana, vuelve a exponerse esa especie de nueva ideología que ya se erige como mantra del futuro luminoso: «A mediano plazo, debemos potenciar la transformación digital, porque la economía global está experimentando un rápido avance y expansión tecnológicos, lo que el Foro Económico Mundial ha denominado la Cuarta Revolución Industrial». Y vuelve sobre la amada y distante China: «La digitalización de la economía global es la razón por la cual el 14° Plan Quinquenal de China ha pedido que las «industrias centrales de la economía digital» representen el 10 por ciento del PIB del país para 2025, frente al 7,8 por ciento en 2020″.

¿Ya perciben amigos míos, hacia dónde van los tiros?

Y como colofón de oro, esa especie de terror permanente: «A más largo plazo, debemos comprometernos a ser ecológicos porque el cambio climático es el desafío más importante de nuestras vidas. La economía global podría enfrentar consecuencias sin precedentes, con una reducción potencial de hasta un 18 por ciento en los próximos 30 años , si no se toman medidas de descarbonización».

«Alcanzar las emisiones climáticas netas cero para 2050 requerirá una transformación fundamental de nuestra economía», predice. «Todas nuestras prioridades (una economía mundial más equitativa, digital y ecológica) se basan en una mayor cooperación mundial»… y esa es la tapa al pomo, el discurrir futuro de sociedades y regiones. Hacia allá vamos. Allí practicamente estamos.

1557

Jigeum Uri Hakgyoneun ( All of Us are Dead) puede resultar, a primera vista, una pieza ideal para los seguidores de la obra de Sang-ho Yeong. De hecho, la teleserie coreana le debe estéticamente un montón y lo reconoce abiertamente al mencionar uno de sus personajes el Seoul Station en uno de los capítulos iniciales, amén de que los zombies son idénticos a los de Train to Busan, esa pequeña obra maestra del horror. Pero la ilusión se larga prontamente por las cañerías de lo insignificante, y es que a pesar de lo que sus creadores tenían entre manos, la letal combinación de sentimentalismo ‘narra’ y el atisbo desde muy temprano de una especie de Marvel de ojos rasgados, basta para taparse la nariz y huir despavoridos del desastre…

1556

Es todo una especie de comedia bufa. Se habla de ganar el congreso para los republicanos y así poder investigar las trampas de la campaña Clinton durante el proceso electoral del 2016, por el peligro a la democracia norteamericana que esto implica. Como si el golpe de estado del 2020 jamás se hubiera suscitado con la complacencia de tirios y troyanos! Como si el partido republicano no hubiera traicionado al presidente que les regaló el poder cuando todo, absolutamente todo parecía perdido. Como si esa democracia de la que hablan no estuviera desde hace rato muerta y enterrada. Y lo cacarea histéricamente Fox, la misma cadena noticiosa que comenzó a echar a rodar la pesada rueda del fraude aquella infausta noche de noviembre. Hay que ser tonto, crédulo u olvidadizo, que para el caso es lo mismo!