La apoteosis “Bruce Lee” y su muy temprana desaparición dejó, como ya les había comentado antes, una secuela de imitadores incalculable. De hecho, se creó una especie de sub género al que se le llamo “bruceexplotation” y que ha parido hasta la fecha centenares de filmes. Hasta el propio Jackie Chan, en sus inicios, se montó en la rueda de la estela del Bruce al filmar una de las tantas secuelas de Fist of Fury, aunque no recuerdo exactamente a quién se vengaba en esta ocasión, pues si en la pieza original se luchaba por el honor de una escuela y la memoria de un maestro asesinado, en todo lo que vino después se vengaba o al propio Chen tras haber sido ejecutado por los japoneses en prisión, o a la muerte de una hermana, o de un padre de a una madre.
Los tres “dobles” más relevantes de la era post Bruce fueron Bruce Li, Bruce Le y Dragon Lee, éste último el más parecido pero el más mediocre según los que saben. A todo este caos de confusión añadan la ecuación de que en la Cuba ochentera la información era imposible y la mesa ya está servida para el más absoluto caos y anonadamiento acerca de la obra del real Lee.
En la foto, Dragon Lee, que se ganaba los frijoles engañando a los pobres niños aficionados del maestro.
Post data: Fist of Fury fue titulada en Canadá como The Chinese Conection, por lo que el fime fue traducido al español tanto como Puños de Furia, así como también como La Conexión China. Y cuando te tiraban el currículum de Lee muchas veces estas cintas aparecían dobles. De allí que mucha gente pensara que el chino había protagonizado al menos 6 o 8 películas de artes marciales cuando la realidad es que sólo filmó cuatro.
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