Por regla general la crítica cinematográfica suele ser academicista en extremo. Eso, o farandulera. Y últimamente panfletaria. La muerte de las ideologías tradicionales ha traído consigo el paritorio de una nueva cultura: la de la propaganda del nuevo poder que se construye. En el caso de la crítica literaria es diferente. Encuentras cualquier cosa, por supuesto, pero hay ciertas vacas sagradas que pueden ensalzar o hundir la “carrera” de cualquiera. Poniendo esto en contexto y volviendo al otro lado, yo no sería capaz de enviarle un manuscrito al propio Roger Ebert si resucitara y vanagloriarme cuando me respondiera diciéndome que mis reseñas son una mierda, que tienen erratas y repeticiones y nada más! Hay que ser muy tonto, y yo puedo pecar casi de cualquier cosa menos de zanaco. (El caso, en realidad, me da pena)
Bueno, como les decía, la crítica cinematográfica suele ser academicista en extremo…
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