Cuba: The People, un documental hecho para WNET 13 por jóvenes realizadores norteamericanos que viajaron a la isla en la primavera de 1974, conserva una calidad visual impresionante. Es un fresco vigoroso y notable sobre el castrismo de la época. La intención de los hacedores es, indiscutiblemente, apologética. Se vende una imagen edulcorada del horror, con la complicidad de los entrevistados, con la complicidad del pueblo.
Pero no es allí solamente donde se centra el interés de este material histórico, sino también en la observación directa (y no intencionada) de las miserias humanas de aquellos que habitaban la isla, en el reflejo del discurso ideologizado que manejaban todos, desde un dirigente cultural hasta una pequeña niña residente en Cayo Hueso, desde una practicante de la fe católica que sonreía con temor y afirmaba que todo es una maravilla, hasta el pescador o el guajiro que imitaban a los dirigentes revolucionarios en su palabrería fonológica. A ello sumemos los detalles de la cotidianidad: la ropa que se usaba, la comida que se consumía, los carros que circulaban en las calles, los uniformes que vestían los estudiantes…
“La vida aquí en el campo es peor que en la ciudad, nosotros pasamos más trabajo, pero estamos felices, porque podemos enviar a nuestros hijos a la escuela”. Esta afirmación hecha por una guajira del Escambray es lo que más se acerca a una crítica al castrismo. ¿El resto? “Yo no extraño a mi familia. Cuando lo hago es como un rezago infantil, pero no es una cosa seria” dice un estudiante becado de la Secundaria. “Aquí no existe el racismo. No es como en Estados Unidos donde los blancos van a las mejores escuelas y los negros a las otras” asegura una mulata vestida de uniforme azul.
Cuba: The People es, como les decía al inicio, un fresco impresionante de la época. Tenemos la posibilidad de constatar, de primera mano, la cobardía de la gente desde entonces, la complicidad colectivista implícita en millones de personas, la responsabilidad compartida. La revolución cubana no ha sido solo un problema de los hermanos Castro o de la represión ejercida durante medio siglo. El entrenamiento ideológico tuvo un peso inmenso, jugó un rol fundamental en el sostenimiento de la dictadura, en el manejo de los más bajos instintos del ser humano. El día que se pretenda hacer un juicio histórico de la dictadura cubana, incluir a la masa aupadora del gobierno (que para 1974 era prácticamente todo el mundo) será un acto de justicia imprescindible.
(Escrito hace varios años)
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