Cata de domingo:
Hoy degusté un Strathcolm Single Grain Scotch Whisky 12 years de la destilaría Angus Dundee, procesado en tradicionales columnas de alambique en la región de Speyside Glenlivet. Es un licor equilibrado y sabroso, sin sabores arriesgados ni complejidades estentóreas. El color es de un ámbar intermedio y a la nariz lo primero que percibí fueron notas moderadas de nueces y frutos secos con un fondo levemente floral que fue intensificándose a medida que corría el tiempo. Luego aparecerían quizás notas de almizcle combinadas con cierta imposición de alcohol que, lejos de molestar, termina agradeciéndose. Todo el aroma es ligero y limpio.
Al sorber el contenido noté un fondo de madera y una textura persistente, muy sabrosa, que invadió el paladar y todas las áreas aledañas. El sabor es a madera fresca, que no ahumada, como si caminara en mi niñez entre los árboles del bosquecito frente a la Enrique Hart y la carretera central, un sábado en la mañana. Las tonalidades florales comienzan a adueñarse de cada sorbo; y hay reminiscencias de mar y viento, además de un toque de caramelo que es en realidad vainilla y ése spicy de pimienta negra en cada bouquet postrero sin la intensidad de los bourbones coloniales campesinos, eso sí.
Este Strathcolm, como les comentaba antes, es un elixir elegante, casi ligero, refinado, con notas exquisitas de yerbas simples y hasta café, algo de piña, arándanos y, nuevamente, flores. Ideal para beberse sólo y con frecuencia. Su precio es comedido pero su disponibilidad, escasa. Suele volar de licorerías y almacenes a la velocidad del rayo. Y es que la gente es tonta tan sólo para algunas cosas.


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