Escuchando el Lonesome Crow (1972) y el Fly to the Rainbow (1975) de Scorpions. El primero, un album muy poco vocal y con toda esa onda medio psicodélica de la época. El segundo, en el más clásico estilo Deep Purple. Klaus Meine luego se iría erigiendo como uno de los vocalistas más importantes y emblemáticos del rock.
El Virgin Killer fue un album de transición en la trayectoria musical de Scorpions. A sólidas piezas de hard rock como la propia obra homónima hay que sumar excelentes temas más melódicos como el Picture Life o el Crying Days o una canción al estilo de Hell Cat, que se adelantó en 15 o 20 años a lo que luego nos venderían como un fenómeno inédito por mediación de los Red Hot Chili Peppers y su tan promocionado “funky” rock.
