


Este Knob Creek huele a madera, a un aserrín redondo teñido de caramelo. Y hay chocolate negro y nueces y cáscara seca de naranja en integración perfecta con el alcohol. (Que son 50 grados!). En boca la suavidad persiste. Hay sobre todo caramelo y ya en menor medida vainilla y miel. La madera tostada es el background perfecto. El escozor de las especies orientales y la pimienta negra y el jengibre inauguran la fiesta del picor. En copa es de color castaño y en las paredes, grueso. No posee la redondez ni la magnificencia de un Wild Turkey 101, pero aún así es superlativo. Disfrútalo como aperitivo de un T bone a la parrilla o como acompañante de un delicado queso azul.