El psicólogo Steven Pinker vuelve a refrendar, en entrevista concedida a Karen Weintraub, del New York Times, su visión optimista de la historia sobre el presente y el futuro. Tengo varios amigos que son fieles deudores de estas teorías. Yo mismo comparto muchos de los puntos de Pinker. Sobre todo, aquello de que la ilustración terminó imponiendo al mundo occidental una serie de valores que aún persisten. No lo afirma exactamente de esta forma, claro, pero es lo que trasmite al decir: “The most overarching explanation would be that the Enlightenment worked. The idea that if we — we being humanity — set ourselves the goal of improving well-being, if we try to figure out how the world works using reason and science, every once in a while we can succeed”.
En pocas palabras y para que se entienda, la Ilustración ha sido la apoteosis en el proceso de doma del animal que somos. Sin látigo y bozal, todavía moraríamos en feudos. El problema está en si se completa la elipsis de la historia y terminamos varados en la visión retraída del primer Fukuyama. Si las acciones de los hombres posee un comportamiento redondo, entonces ¿cuándo será el momento en que regresemos al punto inicial del que escapamos hace ya varios siglos? Para algunos, el desarrollo exacerbado de la tecnología tendría la respuesta…
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