Señores, si las escuelas no reabren normalmente para este próximo curso escolar, vayan sumándole unos cuantos millones más a la actual cifra de desempleados. ¡Disfruten su desastre!
El mundo no puede paralizarse por temor a enfermarnos. Es algo antinatural, propio de la edad media. Las personas que temen porque poseen mayor riesgo o por cualquier otra razón, que se queden en casa. Pero no pueden obligar al resto a hacerlo. Los familiares de esas personas que temen, que ejerzan sus responsabilidades individuales y cuiden a sus seres queridos, pero que no se la impongan a los otros.
Señores, entiendan, más allá de las irregularidades y los oportunismos y los intereses, el número de contagios no significa otra cosa que un hecho común y repetido: que alguien se ha contagiado con una infección respiratoria. Es hora de dejar el moralismo pandémico a un lado, la histeria insensata, el miedo apocalíptico. Sus actitudes están causando que todos nos hundamos en el fango.
Señores, les tengo malas y preocupantes noticias:
El 100% de las personas que ingieren agua a lo largo de su vida, mueren irremediablemente.
Y nosotros aquí, tan despreocupados e indolentes. ¡Tenemos que hacer algo, camaradas!
Publicado por