
«Yabu No Naka No Kuroneko» (1968), conocida simplemente como Kuroneko o Black Cat o Gato Negro es una historia linear, concisa y extremadamente bizarra sobre el amor y el deber. La pieza de Kaneto Shindô, estructurada visualmente según muchas de las reglas del teatro kabuki, peca de ingenuidad y hasta muestra en metraje momentos francamente cursis, pero aún así es capaz de trasmitir una idea central que siempre nos atosigará: ¿es capaz (¿y es justo acaso?) que el deber ético o moral, que el voluntarismo se imponga a la biología del amor? No estoy seguro si muchos de los críticos que han revisitado la obra de Kaneto Shindô hayan reparado en esta argumentación (que es la pregunta en sí misma) clave a la hora de intentar buscar respuestas que expliquen la metáfora de la venganza que el maestro nipón plasma en su historia de fantasmas. Yo personalmente creo que al estructuralismo heroico del carácter asiático, Shindô intenta contrarrestar el pragmatismo existencial del ser humano. Como era de esperar en el Japón de los sesenta, el honor de la espada sobrepasa a la pasión del affaire y hasta a la adoración materna. ¡Todo un homenaje pre póstumo a la obra de Yukio Mishima!
Publicado por