El caso del barco pesquero de Seattle ha demostrado un abc de la Epidemiología moderna: que la inmunidad de grupo es un hecho. Lo hemos tantas y tantas veces dicho! Lo que no acabo de entender es la laxitud y la holgazanería de la ciencias, que han renunciado a la sensatez y al sentido común, por estos días.
Será que las sociedades más frágiles y vulnerables también arrastran consigo (además del temor y de la histeria) el oscurantismo y la fabulación? Es hora (desde hace rato) de ponerle fin a las horas más oscuras y recalcitrantes de este nuevo siglo.
Que se callen los sabihondos de salón, los burócratas institucionales y los políticos oportunistas. Que los médicos aterrados acaben de dar un paso al lado. Que las enfermeras en búsqueda del Dorado de la heroicidad se dediquen a hacer su trabajo! Esta pesadilla provocada por nosotros mismos no puede continuar matando y empobreciendo a millones en el mundo.
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